El aerosol: ¿una industria en emergencia?

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¿Cómo seguimos? Esa fue la pregunta que nos hicimos sobre el final del último informe de consumo de Gas Licuado de Petróleo (GLP) publicado en el Aerosólogo. Hoy seguimos en caída. El análisis comparativo de los datos oficiales sobre los primeros trimestres de 2018 y 2019, nos permite afirmar una contracción en el consumo de este propelente que alcanza el 25,72 por ciento. 

La reducción en la utilización del GLP en la Industria del Aerosol responde, sobre todo, a la baja en las grandes empresas. Si se observa el comportamiento de los cuatro más grandes consumidores, estos experimentaron importantes descensos en sus compras de GLP, aunque de forma dispar. Uno de ellos, estuvo sustancialmente por debajo de la media y entre los otros tres hubo una dispersión muy grande.

La misma dispersión está presente también entre el resto de los fabricantes. Allí vemos que algunos pocos están debajo de la media de consumo mientras que la mayoría muestra caídas más pronunciadas que el promedio de 25,72 por ciento. 

Frente a este escenario de contracción en las grandes compañías, se puede conjeturar que los consumidores finales están reemplazando los productos ofrecidos por estas empresas por segundas y terceras marcas. Sin embargo, este proceso en nuestro mercado no resulta tan significativo debido a que los fabricantes de las marcas blancas tuvieron también un fuerte retroceso en el consumo de GLP. 

No podemos sostener que la aparición de segundas y terceras marcas vaya a ser duradera. Estas han tomado posiciones en el mercado a base de precios bajos y poca o nula rentabilidad. Esto las pone en una situación de alto riesgo en el marco de una fuerte inestabilidad del mercado, la quiebra de sus clientes y la pérdida de capital de trabajo. 

Si este panorama se mantiene, podemos hacer una proyección para 2019: se producirán en Argentina 700 millones de aerosoles. Esto quiere decir que fabricaremos la misma cantidad que en 2007. Si comparamos esta situación con el “juego de la oca”, desde 2015 a la actualidad, TODOS venimos retrocediendo un casillero por año.

La situación actual encuentra su explicación, por un lado, en las políticas comerciales de algunas empresas, que ya hemos desarrollado con amplitud en este newsletter. También ha habido un gran impacto negativo de la coyuntura económica local pero también regional e internacional. 

Desde La Unión Argentina de Aerosoles (UADA), este escenario fue advertido desde hace más de dos años desde la percepción directa del día a día que tenemos todos los que hacemos este newsletter. Sabemos lo que pasa en el momento que sucede y no nos guiamos por reportes internos que circulan en las compañías.

Ante este diagnóstico y proyección, cabe preguntarnos cuál es el piso a partir del cual podremos dejar de caer e intentar la remontada.

Por ahora, lo único que todos debemos tener claro es que de esta crisis solo podrá salirse con nuevas estrategias que no busquen la recuperación individual de un sector sino un trabajo conjunto de todos: aerosolistas, proveedores y formadores de precio. Como suele resumir nuestro economista asesor, Lic. Carlos Schwartzer: “En estos tiempos donde se pelean los elefantes, las hormigas no son tenidas en cuenta y muchas caen en una batalla que no les es propia pero que las involucra. La pregunta, entonces, es: ¿Cómo nos amuchamos para resistir y no terminar como los 300 en el Valle de las Termópilas?”.

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