Calidad y seguridad de un tanque para gas propano. Parte I
En esta edición de octubre de Aerosol La Revista, compartimos los puntos clave de la conferencia «Calidad y Seguridad de un Tanque de Propano», presentada por Octavio Ramírez de TATSA. En esta charla, se abordaron temas cruciales sobre el manejo seguro de tanques de presión, con énfasis en el gas propano. Ramírez profundizó en las normativas que regulan su fabricación, el proceso de licuado y almacenamiento del gas, así como las pruebas de calidad y seguridad necesarias para garantizar un uso seguro. Además, destacó la importancia del mantenimiento preventivo y las válvulas de seguridad, elementos esenciales para prolongar la vida útil de los tanques y evitar riesgos en la industria.
TEMAS:
- Gas Propano especificaciones
- Especificaciones generales en la fabricación de un auto tanque
1. GAS PROPANO
NORMATIVA
- Autotanques para almacenamiento de GLP en México: Diseñados y fabricados de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-009-SESH2011 y NOM-007-SESH-2010.
- Autotanques para almacenamiento de Amoníaco / Propileno en México: Diseñador y fabricados de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-057 SCT-2-2003.
- Autotanques para GLP / Amoníaco / Propileno Exportación: Diseñador y fabricados de acuerdo con el código ASME sección VIII, Div 1; última edición. * Opcional DOT-MC331 (si lo requiere el cliente)
Hablaremos sobre el propano líquido para entenderlo mejor y así poder aumentar nuestra conciencia sobre su manejo seguro.
Este es un recipiente de gas en estado líquido y exploraremos sus características, la normativa aplicable, el proceso de fabricación de los tanques, los requisitos que deben cumplir y las medidas de seguridad necesarias para su manejo adecuado.

La materia prima: el comienzo de los más importante
El gas, en su estado natural gaseoso, se licúa para su almacenamiento. ¿Por qué? Porque facilita el traslado de un recipiente a otro. Imaginemos que esta jarra está llena de gas en su forma gaseosa. Si lo dejáramos en ese estado, ocuparía mucho más espacio. Al licuarlo, conseguimos que el gas ocupe un volumen mucho menor, lo que lo hace más eficiente para su manejo y transporte.
Si les dijera que al comprimirlo, reduciendo su tamaño 270 veces, el gas se licúa, ocupará 270 veces menos espacio. Lo comprimo, lo licúo y lo paso a otro recipiente. ¿Cuál es más fácil de transportar? Obviamente, el líquido. Aunque ambos contienen la misma cantidad, el estado físico cambia el volumen que ocupan.
Otra forma de licuar el gas es reduciendo su temperatura a menos de 30 grados Celsius. Aunque esto puede variar dependiendo de la proporción de propano o butano en la mezcla, en general, sí, se puede licuar por temperatura.

Entonces, usamos el gas en estado líquido; así se maneja. Se extrae por la parte inferior del recipiente y se traslada en envases pequeños. Si se fuga y entra en contacto con mi cuerpo, me causará daño, como quemaduras por heladura. Esta es una forma en que el gas líquido puede ser peligroso. Aunque al combinarse con calor y oxígeno produce fuego, el gas líquido por sí solo también puede ser dañino, como lo manejan ustedes.
Decíamos que el gas lo licúo reduciendo su tamaño 270 veces, lo hago pequeño y luego lo transporto en envases pequeños. Pero imagínense si hay una fuga en estado líquido. Lo han visto en sus propios recipientes: «Peligro, gas inflamable». Esto significa que si yo tengo un poco de gas líquido, se va a inflamar fácilmente.
¿Cuántas veces? 270. Con una pequeña fuga apenas baja el nivel y el recipiente puede quedar lleno de gas, pero no se ve porque es transparente. Esto afecta al mercado y a la industria. A diferencia del gas LP, que lleva mercaptano como odorizante, en este propelente se elimina ese aditivo (IPU), por lo que es más “limpio” pero también más difícil de detectar. Ante una fuga, será complicado identificarla sin un detector adecuado.
No lo puedo ver. Entonces, ¿dónde tengo que cuidar? Tengo el gas ahí dentro. El fósforo cuando se quema es de un color gris. Ese color gris se va a combinar con el gas y lo va a pintar.
¿Cuánto gas en estado vapor tengo aquí y cuánto gas líquido bajé de ahí? En una mezcla, solo el 2% al 9% es gas líquido. Ahora, ¿por qué no hubo fuego? Si tenía oxígeno, combustible y calor, ¿por qué no se encendió? La razón es que no había la combinación correcta, me faltó oxígeno. El fuego comenzó en la parte inferior, pero no se encendió. Ya sabemos que el gas líquido es peligroso por su frío extremo, que puede causar quemaduras por congelación. Y el gas en estado gaseoso, en grandes cantidades, puede desplazar el oxígeno, como si llenara un recipiente con agua, dejando el oxígeno arriba. Es otra forma en que el gas puede hacerme daño.
Si se fuga el gas en mi negocio es como si le empezara a llenar de agua. Y si el agua me desplaza no voy a tener oxígeno para respirar. Por eso no tuve fuego.
En mis tiempos se usaba una pastilla de chiquiturina. Hoy, si estuviéramos allá adentro, ya estaríamos asfixiados: no habría oxígeno. El gas, en este caso, no es tóxico ni venenoso; no representa ningún riesgo para la salud.
Ahora que hablamos del gas, aclaremos algunos mitos sobre la seguridad. El celular es considerado un punto de ignición potencial para el gas, por eso, muchas industrias prohíben su uso en áreas donde se maneja este tipo de combustible. Esta norma debe ser respetada. Aunque algunos aseguran que al recibir una llamada, el celular podría generar una chispa, lo que lo convertiría en un posible foco de ignición.
El celular no es un punto de ignición para el gas, ni el cigarro. Incluso, ¿por qué estará prohibido fumar si el cigarro, al quemarse el tabaco, no se considera un punto de ignición? Porque al encender el cigarro, sí puede generar una chispa. Por eso está prohibido fumar.

Es fundamental entender los alcances y la magnitud de una fuga de gas. Como mencionaba antes, y parece que insisto en este punto, si se produce una fuga de gas en sus instalaciones, el gas estará en estado líquido. Cada pequeña cantidad que escape se multiplicará por 270.
Debemos tener mucho cuidado con este factor. También es importante considerar la necesidad de llenar los envases en lugares abiertos, evitando hacerlo en espacios cerrados como este.
2. ESPECIFICACIONES GENERALES EN LA FABRICACIÓN DE UN AUTO TANQUE
Laboratorio Certificado
Sumado a lo anterior, y con el fin de cumplir con nuestros estándares, la materia prima es analizada nuevamente antes de su transformación.
En consecuencia, debemos contar con las mejores instalaciones, operando en las condiciones óptimas posibles.
Este es el momento de abordar el tema de los recipientes: es fundamental determinar el tipo adecuado, qué características debe tener, qué debe contener ese tanque y cómo debe gestionarse. Comenzamos, entonces, con la materia prima.
Es fundamental que el material sea reciclado y puro, garantizando que sea el más adecuado para prevenir fugas de gas. En este sentido, podemos utilizar placas de acero, las cuales son equivalentes a las utilizadas en las plataformas de los tráileres.
Esa placa de acero está diseñada para soportar peso, pero en el caso de un tanque de gas, además debe ser capaz de resistir movimientos. La presión interna del tanque provoca su expansión: cuando la presión disminuye, el tanque regresa a su forma original. Este movimiento, aunque no siempre visible, requiere que el material tenga la suficiente consistencia y resistencia para estirarse sin comprometer su integridad.
Además, el material debe estar certificado en las plantas de producción. Es esencial que la empresa proveedora de los tanques realice un análisis exhaustivo de las placas. Para ello, cuentan con laboratorios donde cada placa y cada rollo son sometidos a pruebas rigurosas para garantizar su desempeño adecuado.

Tomamos muestras de cada rollo y de cada placa para someterlas a pruebas detalladas y evaluar su comportamiento.
La muestra se coloca en el péndulo de impacto, donde se somete a una prueba rigurosa antes de fabricar el tanque. El golpe simula las condiciones a las que podría estar expuesto el acero. ¿Los tanques se golpean? La prueba demostrará que sí.
Debemos garantizar que el acero utilizado para fabricar el tanque sea capaz de resistir un golpe. Esto es crucial, ya que los tanques pueden enfrentarse a situaciones diversas, como una volcadura, un impacto contra una barrera, un choque con una raqueta, o incluso la caída de una rama de árbol, un anuncio espectacular o las vibraciones provocadas por un temblor.
Después del terremoto de 2017 en la Ciudad de México, los clientes nos preguntaban si los tanques estaban diseñados para resistir temblores. Aunque la pregunta parecía inusual, no lo era. En ese sismo, tanques ubicados en pisos altos, como el octavo, séptimo, cuarto o tercer piso, no permanecieron en su lugar. Cayeron desde esa altura, impactaron el suelo, rodaron o tuvieron que soportar un peso significativo.
Por lo tanto, debemos estar completamente seguros de la resistencia de los tanques. Están diseñados para soportar impactos y golpes. En algunos casos, el tanque puede ser estacionario, como en una planta, y podemos pensar que no experimentará movimientos bruscos. Sin embargo, debemos garantizar que sea capaz de resistir cualquier eventualidad que ocurra, incluso cuando no se espere.
La luz y la estructura adyacente, así como todos los componentes, deben estar diseñados para soportar estas condiciones. Con esta prueba, verificamos que el material resista adecuadamente. Aunque es necesario romper el material durante la prueba, la escala utilizada nos indica si la fuerza requerida para romperlo está dentro de los parámetros establecidos. Si no cumple con los estándares, esa placa —y, en consecuencia, todo el lote— debe ser devuelto.

Además, sometemos el acero a un proceso de compresión, ya que puede estar expuesto a cargas, como mencionamos antes con los temblores. Incluso otros tanques que no llegaron a caer al suelo tuvieron que soportar losas sobre ellos, ejerciendo presión adicional.
También sometemos el material a un proceso de estiramiento, similar al de un chicle. Esto es fundamental para evaluar situaciones como los sobrellenados. Si un tanque se llena al 100% y si se revienta o se rompe, ¿quién tiene la culpa? ¿El operador que lo llenó de más? ¿El jefe de mantenimiento? ¿La dueña de la casa que solicitó que se llenara completamente? La responsabilidad recae en el fabricante, porque los tanques deben estar diseñados para ser resistentes incluso ante errores humanos.
Es importante recordar que los gases son compresibles, por lo que no se debe llenar un tanque más allá del 85% de su capacidad, para dejar espacio suficiente para la gasificación o amortiguamiento. Los líquidos, en cambio, no se comprimen. Si uno carga un tanque con líquido, incluso un pequeño tubo podría transportar casi una tonelada, ya que no se puede comprimir. Por ejemplo, un tanque de medio litro, no puede contener ni un gramo ni un mililitro más; simplemente tiene medio litro. Lo mismo ocurre con los tanques de mayor capacidad, como los de 5,000 litros; no pueden exceder su volumen, ya que el líquido no entra más allá de su capacidad nominal.