Los aerosoles y la capa de ozono
Antes de que Mario Molina y F. Sherwood Rowland expusieran su teoría sobre los efectos de los clorofluorocarbonos (CFCs) a la capa de ozono, la industria del aerosol del mundo ya utilizaba los hidrocarburos como propelentes, debido principalmente a su bajo costo económico, aunque sus propiedades no fueran consideradas entonces tan buenas como las de los CFCs.
Entre las propiedades que se le reconocían a los CFCs, sobresalía su no inflamabilidad, aunque el precio era mayor que el de los hidrocarburos, pero aún así se preferían los CFCs, aunque se desconocía el efecto que causaban a la capa de ozono.
Cuando fue conocida la Teoría Molina/Rowland sobre el daño a la capa de ozono y las consecuencias, la industria del aerosol apoyó el Protocolo de Montreal que establecía la sustitución, aún cuando los CFCs no eran solamente utilizados por este sector. También se utilizaban para refrigeración, limpieza de electrónicos, extinguidores, fabricación de poliuretanos, aire acondicionado, entre otros productos.
Es cierto que la población en muchos países culparon a los aerosoles de ser los únicos responsables del daño causado a la capa de ozono, motivo por el que bajó de inmediato el consumo de estos productos a niveles alarmantes para la industria, pero los fabricantes de aerosoles organizados, impulsaron el Protocolo de Montreal y se unieron, como en el caso de México, a la di fusión científica a favor de la capa de ozono.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó un proyecto en el que de manera simplificada dio a conocer los puntos más sobresalientes del tema para conocimiento de los países, quizá en el ánimo de que el conocimiento es la mejor arma para el desarrollo.
A continuación, y con la intención de hacer un repaso de los avances y para conocimiento de las nuevas generaciones en el sector, presentamos algunos de los puntos que hemos seleccionado del proyecto del PNUMA.
¿Qué es el ozono?
El ozono es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno, cuya molécula es O3). Las moléculas de oxígeno contenidas en el aire que respiramos están compuestas por dos átomos de oxígeno solamente (O2).
En homenaje a Mario Molina, quien recibiera hace 20 años el Premio Novel de Química, junto con Frank Sherwood Rowland, por sus descubrimientos sobre el agotamiento de la capa de ozono, presentamos este resumen sobre los CFCs y las acciones de la industria del aerosol.
¿Qué es la capa de ozono?
La capa de ozono es un término que se usa para describir la presencia de moléculas de ozono en la estratosfera. La capa se expande alrededor del globo completo de la Tierra como una burbuja y actúa como filtro de la radiación ultravioleta nociva (UV-B).
La estratósfera es aquella parte de la atmósfera que se encuentra a continuación de la tropósfera. Comienza a una distancia comprendida entre 10 a 20 km. por encima de la superficie de la tierra y continúa hasta una altura aproximada de 40 a 50 km.
¿Por qué es tan importante la capa de ozono?
La capa de ozono es fundamental para la vida en la superficie del planeta. Actúa como filtro e impide que la radiación ultravioleta nociva (UV-B) llegue a la Tierra.
Los científicos clasifican la radiación UV en tres tipos o bandas: UV-A, UV-B y UV-C. La banda UV-C no llega a la superficie de la Tierra. La banda UV-B es filtrada parcialmente por la capa de ozono. La banda UV-A no es filtrada por la capa de ozono en absoluto. No obstante, la radiación UV-B es la responsable principal de los daños en la salud y de los impactos negativos en el medio ambiente.
¿Qué es el agujero de ozono?
En los años 70 los científicos descubrieron que hay sustancias químicas que al ser liberadas agotan la capa de ozono. La concentración de ozono sobre la Antártida disminuyó entre los años 70 y 90 hasta en un 70 por ciento, comparada con la concentración que normalmente se encuentra en la Antártida. Este fenómeno de gran escala se llama habitualmente agujero de ozono. Los científicos han observado concentraciones de ozono decrecientes sobre todo el globo.
Cuando el agotamiento de las moléculas de ozono es más rápido que la producción natural de nuevas moléculas para reemplazarlas, se produce lo que se conoce como déficit de ozono. El agotamiento de la capa de ozono llevará a la reducción de su capacidad protectora y consecuentemente a una mayor exposición a la radiación UV-B.
¿Cómo se destruye el ozono?
El equilibrio dinámico entre la creación y la descomposición de las moléculas de ozono depende de la temperatura, la presión, las condiciones energéticas y la concentración de las moléculas. El equilibrio se puede perturbar, por ejemplo, por reacción de las moléculas de sustancias que agotan la capa de ozono con las moléculas de ozono, produciendo la consecuente destrucción de estas últimas. Si este proceso de destrucción es rápido y la creación de nuevas moléculas de ozono es demasiado lenta como para reponer las moléculas de ozono destruidas, se perderá el equilibrio. Como resultado, disminuirá la concentración de las moléculas de ozono.
¿Qué efectos produce el agotamiento de la capa de ozono en la salud de los seres humanos y en el medio ambiente?
El incremento de la exposición a la radiación UV-B produce efectos sobre:
- Salud de los seres humanos.
- Supresión del sistema inmunológico por daño al ADN. Esto resulta en un aumento en la frecuencia y en el número de casos de enfermedades infecciosas.
- Cáncer de piel. Se sabe que la radiación UV-B produce cáncer de piel, tanto del tipo no melanoma (el menos peligroso) como melanoma virulento maligno cutáneo. El aumento de la radiación UV-B también daña los ojos, incluyendo cataratas, que en muchos países es una de las causas principales de ceguera.
Plantas y Árboles
- Reduce la calidad de la producción agrícola. El aumento de la radiación UV-B reduce la calidad de ciertos tipos de tomates, papas, remolachas dulces y soja.
- Daña los bosques. Las pruebas han mostrado que las semillas de las coníferas también se ven afectadas adversamente.
La capa de ozono es fundamental para la vida en la superficie del planeta. Actúa como filtro e impide que la radiación ultravioleta nociva (UV-B) llegue a la Tierra.
Organismos Acuáticos
- Afecta la red alimentaria acuática y marina. Daña el plancton, plantas acuáticas, larvas de peces, camarones y cangrejos.
- Daña la industria pesquera.
Materiales
- Pérdida de calidad en los materiales empleados en la edificación. Las pinturas, gomas, madera y plásticos pierden calidad por la radiación UV-B, particularmente los plásticos y las gomas que se usan a la intemperie.
- Daños severos en las regiones tropicales. Los efectos se ven aumentados por las altas temperaturas y por los altos niveles de luz solar. Estos daños podrían ascender a miles de millones de dólares por año.
Es muy satisfactorio saber que los esfuerzos que se hicieron a favor de la capa de ozono no han sido en vano, puesto que habrá una recuperación de este filtro que permite que continúe sana la vida del planeta que habitamos.
El Protocolo de Montreal
Por lo anterior, los líderes de muchos países decidieron trabajar en una solución viable. Desde 1987, casi todos los países del mundo (191 naciones) ratificaron un tratado internacional excepcional sobre el medio ambiente: el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
El objetivo principal del Protocolo fue reducir y eventualmente eliminar la producción y el uso de sustancias que agotan la capa de ozono. Al aceptar los términos del Protocolo de Montreal, las naciones que lo suscribieron asumieron el compromiso de tomar medidas para proteger la capa de ozono, con miras a revertir, en el largo plazo, el daño causado por el uso de sustancias que la agotan.
Los países de Latinoamérica lograron cumplir con los lineamientos del Protocolo de Montreal en fechas de hasta cinco y cuatro años, antes de lo establecido y signado por las naciones del mundo, gracias a industrias como la del aerosol que de inmediato inició la sustitución, adelantándose a los demás sectores diversos que utilizaban CFCs.
¿Se recuperará la capa de ozono?
El año pasado, el PNUMA afirmó en un documento signado por trescientos científicos, que “la recuperación de la capa de ozono, que protege al Planeta de los dañinos rayos ultravioletas, se encamina hacia su restauración total en las próximas décadas, como resultado de la acción internacional contra las sustancias que provocan su agotamiento”.
Los expertos destacaron que esos avances se deben principalmente al Protocolo de Montreal de 1987, sin el cual se calcula que la concentración de gases que destruyen esa delicada capa se hubiera multiplicado por diez para el año 2050.
Según el PNUMA, ese Protocolo ha evitado dos millones de casos de cáncer de piel anuales, así como numerosos padecimientos en la visión y el sistema inmunológico, además de enormes daños a la agricultura y la vida silvestre.
No obstante, el informe advierte que aún existen numerosos desafíos producidos por el rápido incremento de los gases que causan el efecto invernadero, lo que podrían socavar la recuperación de la capa de ozono.