Flotadores, traje de baño, sandalias y bronceador… ¡check list en orden!

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¿Ya notaron que en el aire se respira un ligero aroma a mar y playa? ¡Exacto! Las vacaciones se acercan y cada vez más nuestras emociones se aceleran y nos preparamos mentalmente para disfrutar al máximo de ellas.

Existen varias formas de prepararse para unas buenas vacaciones, pero pueden iniciar respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Qué lugar nos interesa?, ¿Con quién me interesa ir?, ¿De cuánto tiempo dispongo?, ¿Voy a tener que pedir un préstamo para después pagar mis excesos?, ¿Necesito comprar un nuevo bronceador, dado que ya salió uno con protección solar SPF 5789 y el que compré para las vacaciones pasadas es SPF 5788? ¡Ah! ¿Verdad que no es nada sencillo tratar de responder a preguntas de tan profunda reflexión?

Algo que me llamó la atención, ahora que preparé mis vacaciones en la playa, mismas de las que regresé más blanco y pálido gracias a mi nuevo bronceador, fueron las ofertas y la publicidad. Procesar tanta publicidad relacionada con las diversas formas de pago fue todo un reto. Desde descuentos de pago por contado hasta tentadoras promociones de pagos a plazos, tan largos como una hipoteca, con o sin intereses.

Otro aspecto que captó mi atención fue la necedad de varios hoteles de ofrecerte unas vacaciones “muy completas”. “Su habitación incluye 2 niños”, “Niños gratis en la compra de su paquete”, “Todos los niños incluidos”. ¡Dios! Trabajo todo el año con adolecentes, ¿Para qué quiero que me incluyan niños en mis vacaciones? ¡De ellos descanso! ¿Para qué ofrecen los hoteles niños gratis?

Una vez que inicias tus vacaciones, encuentras el primer reto a sortear: Llegas al aeropuerto y te encuentras con una fauna invasiva y sin control. Los  vendedores de servicios de transportación. Huyes de la ciudad para llegar a un congestionamiento de taxis y camionetas, incluso antes de reclamar tu equipaje de las bandas. Luego, a pesar de que ya te quebraste la testa (cabeza) arreglando tu viaje y destino, te ofrecen otros más. En fin, todo sea por llegar a tu hotel dónde te ofrecen una margarita o una cerveza fría a cambio de entregarte tu habitación ocho horas posteriores a tu registro. Pero te calmas, ya estás ahí. Sacas las chanclas de tu equipaje y te vas a la playa o al bar a “matar el tiempo”.

Ten por seguro que vas a lograr hacer todo lo planeado para tus vacaciones excepto el relajarte y descansar. Amigos extranjeros, practiquen mucho el “no gracias” (si dicen “nou greisias”) les aseguro que no se van a deshacer de los vendedores ambulantes, que pueden ser desde tatuajes de henna, pulseras de plata que no es plata hasta tiempos compartidos, aunque no quieran compartir su tiempo. Lleven consigo un libro o revista para que impliquen que no quieren ser molestados. Eso sí, si quieren realmente descansar, nada mejor que poner un anuncio de “no traigo dinero”.

Cuando estén con sus niños, ya sean propios o de los que incluía el hotel, recuerden cuidarlos. No los dejen solos haciendo castillitos en la arena. Luego se van a llevar una sorpresa cuando el niño no quiera comer por tanta arena y algas que ingirió durante sus juegos. Si los dejan en la alberca, bueno, por favor, nada más cuiden de que sus flotadores estén bien inflados, porque luego uno piensa que son unas ternuritas haciendo “bucitos” cuando en realidad están tratando de sobrevivir dentro de la alberca.

En fin, a todos ustedes les deseo que pasen unas excelentes vacaciones sea cual sea el destino que elijan. Si van a la playa, espero que se acuerden de su amigo mientras toman una bebida en el bar de la alberca y si están disfrutando de la Convención del IMAAC, pues entonces reciban un caluroso abrazo y ¡Salud! Y, ¡No olviden su bronceador, pero que sea en aerosol!

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