Repelentes de Insectos en Aerosol
Introducción
Por millones de años los insectos se han dado un festín con la sangre de humanos y de animales, pero fue hasta el siglo XX que descubrimos que sus picaduras transmiten bacterias y virus de enfermedades como la malaria y otras muy temidas.
Sin embargo, desde el principio la humanidad ha buscado la manera de evitar las molestas picaduras, por lo que el hombre primitivo identificó que ciertas plantas tienen propiedades repelentes de insectos. Pero fue hasta 1905 que un grupo de holandeses descubrió que la destilación de las hojas del limón de Java y de los geranios, por arrastre de vapor de agua, producía un líquido color ámbar al que le pusieron por nombre aceite de citronela, el cual tiene un olor muy fuerte, siendo su principio activo la citronelal (6-octenal 3,7 dimetílico).
El primer repelente en aerosol apareció en 1954, y típicamente contenía cerca del 12% de aceite de citronela e isopropano como propelente; pero debido al fuerte olor a limón de la fórmula limitaba su aceptación y la producción en los Estados Unidos se estancó alrededor de 12 millones de unidades por año hasta que se introdujo el DEET empleado como sustituto.
El DEET, considerado como el patrón de oro de los repelentes para insectos, está compuesto por el 95% de N,N-dietil-meta-toluamida y un 5% como máximo de isómeros o,p. Si bien tiene un ligero olor aromático, el impacto es disminuido mediante la formulación con etanol o isopropanol y algunas veces se le adiciona fragancia.
Sin embargo, pese a la popularidad del DEET, una o dos firmas continuaron fabricando productos con citronela hasta aproximadamente el año 2000.
Hasta ese momento las investigaciones mostraban que la combinación de fragancias como el aceite de romero, de canela, de hierba de limón y geranio tenía buena repelencia y por lo general el olor a canela era muy claro.
Estos productos constituyen una parte significativa del mercado de hoy en día. Siendo de origen orgánico no tienen mayor problema con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (Environmental Protection Agency/EPA), quien regula la producción de plaguicidas, insecticidas y repelentes bajo la Ley Federal Sobre Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas (Federal Insecticide, Fungicide, and Rodenticide Act/FIFRA).
Ventas de aerosol repelentes de insectos en los EEUU
El volumen de las ventas de los aerosoles repelentes de insectos en los Estados Unidos se incrementó cinco veces entre 1980 y el 2000. La aparente disminución en 2009 se debe a que se introdujeron nuevas formas de dispensado como pulverizadores de bomba, toallitas, bobinas y “clip-on”, por lo que la cuota de aerosoles se redujo a tal vez un 60% del mercado total de repelentes.
Año | Volumen en unidad | Volumen en ventas |
---|---|---|
1980 | 26,000,000 | 46,000,000 |
1990 | 36,000,000 | 85,000,000 |
2000 | 70,000,000 | 230,000,000 |
2008 | 58,000,000 | 255,000,000 |
Cabe destacar que de acuerdo con la reciente Encuesta de Aerosol Presurizado de la Asociación de Productos de Especiales de Consumo (Consumer Specialty Products Association/CSPA), el total de aerosoles repelente de mosquitos producidos en los EEUU durante el 2012 fue de 40,234,727, siendo 4,656,178 unidades envasadas en aluminio y 35,578,549 en hojalata.
Un importante incentivo para la compra de repelentes ha sido el miedo a las enfermedades de transmisión por picaduras de insecto, como la enfermedad de Lyme transmitida por piquete de mosquito, fiebre maculosa de las Montañas Rocosas provocada por garrapatas o el virus del Oeste del Nilo y ciertas formas de encefalitis que también se contagia por mosquitos.
En América Latina el dengue es una de las enfermedades más temidas, la cual también se propaga por mosquitos. Esta, considerada un mal de zonas tropicales, actualmente se extiende al Norte del continente americano al igual que la malaria y la posible llegada de la fiebre de Chikungunya.
Esta situación ha alertado para poner mayor atención a la importancia en la protección que proporciona el repelente de insectos y su trascendencia en el futuro.
Al igual que con los ambientadores, el número de alternativas o productos que acompañan y refuerzan a los repelentes de insectos ha aumentado progresivamente en los últimos años: ahora se incluyen repelentes “mini-aerosol” ideales para una o dos aplicaciones, pero tienen un valor de menos de la mitad en comparación con los habituales de tamaños de 113 a 184 gramos
Diferentes formas de dispensar repelentes
Hoy día existen formas muy variadas y novedosas de aplicar repelente para insectos. El clip-on “OFF” de SC Johnson & Son, Inc aprovecha la capacidad conocida de ciertos piretroides (como resmetrina) para repeler insectos, incluso cuando se vaporiza a una parte por mil millones (ppb) en la aire. La misma multinacional ha introducido toallitas de papel absorbente impregnadas con una formulación de DEET.
A los minoristas les encanta todo lo nuevo y prometedor por lo que ya cuentan en sus locales con displays con estos productos en medio de sus pasillos principales.
El clip-on es una unidad que consta de un atractivo disco de plástico redondo, perforado con ranuras de ventilación; en su interior se encuentra un pequeño ventilador de pilas que dispensa el vapor de una pequeña concentración de metoflutrina, que es suficiente para cubrir por completo a la persona y rodearla de una aura protectora invisible e inodora.
La unidad contiene 0.046 gramos de una fórmula a base de metoflutrina lo cual representa el 31.2% del total de la concentración en el material absorbente. La protección dura 12 horas (probablemente en el aire tranquilo) y el cambio del repuesto es fácil y siempre hay disponibilidad de ellos.
En el ámbito de repelentes de insectos en aerosol existen los del tipo familiar “estándar”, por lo que pueden ser convenientemente dividido en tres fuerzas: fórmula para la familia, regular y para deportista (o extrema).
Una nueva variación de la fórmula para la familia se identifica como “polvo seco”. Contiene 15% de DEET y, presumiblemente, un gran porcentaje de un inusual propelente. Otros recién llegados incluyen productos a base de DEET con SPF 15 para protección solar, y uno que no contiene DEET (sintético) por lo que la fórmula utiliza el 20% de 3-(N-n-butil-N-acetil-amino)-propiónico como repelente.
Repelente dispensado en bomba
Durante la última década los repelentes de insectos de acción de bombeo han crecido considerablemente a expensas de las versiones de aerosol. Una de las marcas más vendidas en los EEUU es WPC con sus productos Repelen. Empelando recipientes plásticos o de aluminio, los tamaños van desde 4.9 a 15.0 ml., con fórmulas que contienen DEET de 20 a 100%.
Por otra parte, la minúscula presentación de 4.9 ml. que tiene un clip a un lado y con la apariencia de pluma, consta de una fórmula de DEET de 40%, que es buena para una sola aplicación en áreas limitadas y tiene una duración de solo unas horas.