A Máximo Kusselewski – le sigue maravillando el aerosol, como desde el día que lo conoció

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Ha participado en múltiples seminarios y congresos sobre el tema de aerosoles y se ha desempeñado también como consultor del Banco Mundial en tareas vinculadas al control de las substancias agotadoras de la capa de ozono.

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«Desde los comienzos de mi contacto con el mundo del aerosol, me he visto atraído por las cuestiones vinculadas al diseño de seguridad de las plantas que fabrican aerosoles»,

expresa Máximo Rodolfo Kusselewski, uno de los personajes más sobresalientes de la Cámara Argentina de Aerosoles (CADEA), por su participación permanente y definitiva para el desarrollo del sector en las diversas actividades del organismo de aquel país.

Desde 1968, ha trabajado para distintas empresas vinculadas al mercado del aerosol (marketers, contract fillers y fabricantes de válvulas). Actualmente es gerente de Servicio Técnico de la empresa Fadeva.

Como participante de CADEA, es, desde los inicios del organismo, miembro de la Comisión Técnica, ha colaborado también con la Comisión Técnica de la Asociación Brasileña de Aerosoles y Saneantes Domisanitarios (ABAS), ha sido docente del Curso de Tecnología del Aerosol de CADEA y de la Asociación Argentina de Químicos Cosméticos, en la carrera de grado de químico cosmético sobre el tema de aerosoles.

Ha participado en múltiples seminarios y congresos sobre el tema de aerosoles y se ha desempeñado también como consultor del Banco Mundial en tareas vinculadas al control de las substancias agotadoras de la capa de ozono.

¿Cuáles considera que han sido sus logros más importantes de la industria del aerosol?

El disparador de haberme interesado en la seguridad de las plantas que fabrican aerosoles es haber presenciado varios siniestros en mi país y en otros de nuestra región que han dejado daños personales y materiales que podían haberse evitado con mayor prevención.

Debido a ello y para tener más conocimientos sobre esta temática cursé materias equivalentes para complementar mi título de ingeniero químico con el de ingeniero laboral, que es una carrera que se ocupa especialmente de estos tópicos de seguridad.

Con estos nuevos conocimientos y mi experiencia en la tecnología del aerosol, he podido colaborar ejerciendo docencia en esta especialidad y contribuido en materia de seguridad, tal vez, a mejorar la calidad operativa de quienes elaboran aerosoles.

Por otra parte, mi dilatada presencia en más de una empresa dedicada a la fabricación de válvulas para aerosoles, y actualmente en Fadeva, me ha permitido contribuir a la mejora de estos componentes del aerosol, y a una mejor comprensión, por parte de los usuarios, para su correcta elección y aplicación.

¿Cuáles cree que son los productos del aerosol que hacen falta en el mercado?

Estoy convencido que no hay prácticamente ningún producto que se comercialice en: botellas, potes, pomos, etc. que no se haya dispensado en el sistema aerosol, o que al menos se haya intentado hacerlo. Sin embargo creo que aún hay nichos que deben ser debidamente desarrollados, especialmente en nuestra región, para el sistema aerosol, como los de la industria de la alimentación, medicamentos y aplicaciones técnicas especiales para la Industria.

¿Qué le gustaría que tomara en cuenta la Federación Latinoamericana del Aerosol (FLADA) para beneficio del sector?

Creo que la presencia de FLADA en nuestra región es un hecho inédito que implica un beneficio enorme para el futuro de la actividad, que ahora cuenta con un organismo que nos representa a nivel global y con el resto de las organizaciones, CSPA, FEA, etc.

Entiendo que uno de los principales esfuerzos de la organización debe orientarse a integrar más países de Latinoamérica, estimulando a quienes se dedican a esta especialidad a agruparse, creando sus propias cámaras y asociaciones en los países en los que aún no existen.

Además debe continuar trabajando en la armonización de las normas y aspectos muy sensibles al mercado del aerosol, como la seguridad.

Háblenos de su familia

Convivo hace 48 años con mi esposa Ana María Maino, con la que comparto el mismo titulo de ingeniero químico, dado que nos conocimos como estudiantes de la misma universidad y que es mi compañera inseparable desde entonces.

Tengo dos hijos: Ana Claudia, de 41 años, médica cardióloga, que con su esposo Roberto Sanchez, cirujano cardiovascular, me han dado una hermosa nieta de cinco añitos, Maia Sofía Sanchez. Javier Guillermo, de 35 años, ingeniero en sistemas, que con su pareja Fabiana, me han dado una segunda linda nieta llamada Azul, de apenas diez meses.

¿Cuáles son sus aficiones?

Soy, en general, bastante “tronco” para los deportes por lo que no me he destacado en ninguno, lo que es fácil de apreciar por mi figura no precisamente estilizada.

Me apasionan los temas científicos así que me las paso “gogleando” cosas como “materia oscura del universo”, “fusión nuclear fría” y otras cosas muy “nerds”.

¿Cuales han sido las tres mayores satisfacciones de su vida?

Desde ya, los regalos que la vida me ha hecho: mi pareja, mis hijos y mis nietos. La suficiente salud para llegar a los setenta, sin decir demasiadas cosas incoherentes, y las muestras de afecto de mis amigos, colegas y compañeros de trabajo.

¿Desea comentar algo más que le gustaría que publicáramos?

Aún hoy, después de 48 años de haber llegado al mundo del aerosol, me siento con todas mis fuerzas y el mismo entusiasmo para encarar nuevos desafíos y aprender cada vez más. Además quiero decir que aún me maravilla, como el primer día que conocí este curioso dispositivo que funciona mágicamente solo, sin que haya que agregarle pilas o baterías o acalambrarse el dedo bombeando, y que con sólo con una leve presión nos dispensa casi todo lo que necesitamos.

«Creo que la presencia de FLADA en nuestra región es un hecho inédito que implica un beneficio enorme para el futuro de la actividad, que ahora cuenta con un organismo que nos representa a nivel global y con el resto de las organizaciones».

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